Daniel Paloma Freire, ¿Cómo se utiliza el CBDC como moneda?

Daniel Paloma Freire establece que los criptoactivos han revolucionado las finanzas internacionales, con el surgimiento de numerosas divisas digitales en los últimos años, que se han convertido en los principales actores de la economía internacional.

Con el objetivo de mantenerse a la vanguardia de esta tecnología, que se vale principalmente del sistema de blockchain para su funcionamiento, los bancos centrales de diferentes países han desarrollado lo que se conoce como CBDC como moneda, un activo digital regulado por las entidades gubernamentales que promete representar el futuro del sector financiero, debido a que posee los beneficios de los criptoactivos con la seguridad y estabilidad que aporta el control de las entidades bancarias centrales de cada Estado.

Debido a que estas divisas aún se encuentran en etapa de prueba en la mayoría de los países que buscan implementarlas, es importante realizar un seguimiento de sus avances con el objetivo de estar preparados para los efectos que la salida de las CBDC al mercado podría ocasionar.

Daniel Paloma Freire, un profesional especializado en el mercado internacional

Daniel Paloma Freire posee una amplia experiencia en las finanzas internacionales, habiendo actuado dentro de este sector desde su rol de economista certificado y perito fiscal, lo cual le ha brindado la experiencia necesaria para asistir tanto a organizaciones como a particulares a la hora de orientar y planificar sus finanzas. Se encuentra especializado en la evaluación y el diseño de planes y estructuras financieras que favorezcan la sostenibilidad de las empresas a nivel mundial, con un enfoque en las finanzas internacionales, los impuestos y las inversiones.

Para alcanzar estos objetivos, este profesional se ha valido de su pasión por los números, que han sido una constante a lo largo de su carrera y de su vida. Con el fin de dedicarse a su pasión, ha formado parte del sector financiero desde la industria bancaria, como subdirector y analista de riesgo en operaciones de crédito; además de haber trabajado como administrador de activos y pasivos tanto para particulares como para compañías. Sumado a ello, ha formado parte de bufetes de abogados como asesor fiscal, contable y mercantil, proporcionando apoyo a pequeñas y medianas empresas, lo cual le brindó la experiencia necesaria para fundar su propia compañía especializada en la preparación de impuestos, el diseño de planes estratégicos y la planificación financiera internacional para pequeñas y medianas empresas en Europa y Sudamérica.

Daniel Paloma Freire: ¿cuál es la relevancia actual de las criptomonedas?

Las criptomonedas constituyen activos digitales que emplean un cifrado criptográfico, el cual sirve para certificar su titularidad y asegurar la integridad de las transacciones, además de controlar la creación de unidades adicionales. Esto permite evitar que se realicen copias de las criptomonedas, ya que llevan con ellas un código que certifica su procedencia. Estas monedas se almacenan en una cartera digital, ya que no existen de manera física. Al poseer un funcionamiento diferente al del resto de las monedas, también poseen ciertas características distintivas. Entre ellas, es importante destacar que en primera instancia no se encuentran reguladas ni controladas por ninguna institución oficial ni Banco Central, además de que no requieren intermediarios para realizar las transacciones, utilizando una base de datos descentralizada, blockchain o registro contable compartido para el control de las mismas.

Desde el punto de vista económico y legal, las criptomonedas no son consideradas un medio de pago, ni cuentan con el respaldo de un Banco Central u otras autoridades públicas, por lo que tampoco se encuentran cubiertas por mecanismos de protección al cliente como los diferentes fondos de garantía. Asimismo, carecen de regulación los monederos digitales, que consisten en la única alternativa para almacenar y transferir las criptomonedas. Estos monederos consisten en softwares o aplicaciones donde es posible almacenar, enviar y recibir criptomonedas, ya que almacenan las claves que otorgan la propiedad y derecho sobre las criptomonedas y permiten a su titular operar con ellas.

Debido a que las criptomonedas no se encuentran reguladas, no existe una cotización oficial. Como consecuencia, el valor de las mismas varía dependiendo de la oferta y demanda de cada una de ellas, y del compromiso de los usuarios. Otro factor que puede influir en el valor de las criptomonedas es la información pública que las respalde, ya que el comportamiento de los usuarios en este mercado afecta directamente al funcionamiento y valor del mismo.

A pesar de no poseer una regulación legal específica, las criptomonedas se encuentran en constante crecimiento debido a la seguridad que aporta la tecnología blockchain con la cual funcionan, que sirve como registro contable compartido y aporta al sistema la seguridad necesaria para evitar falsificaciones y duplicación de activos, entre otros riesgos. Esto se debe a que los datos almacenados por esta tecnología no pueden alterarse ni eliminarse.

Daniel Paloma Freire analiza el surgimiento de las CBDC o monedas digitales emitidas por bancos centrales

Las CBDC o Central Bank Digital Currency son, como su nombre lo indica, monedas digitales emitidas por un Banco Central. Consisten en un tipo de cambio con el cual los gobiernos se encuentran experimentando, que posee las garantías de la tecnología blockchain, ya que se valen de la misma para funcionar. Asimismo, cuentan con una diferencia crucial con las monedas tradicionales, que es que buscan implementar la tecnología con el fin de aumentar la eficiencia de los pagos y reducir sus costos. Se espera su implementación a gran escala a largo plazo, ya que por el momento únicamente se han realizado demostraciones y pruebas en China y Corea del Sur, mientras que en Estados Unidos el proyecto aún se encuentra en fase de análisis.

Debido a que cada banco central se encuentra indagando en estas tecnologías de acuerdo a la política monetaria y económica del país al que pertenece, la CBDC como moneda en curso posee un enfoque diferente en cada Estado. De esta manera, muchas de ellas se encuentran basadas en los mismos principios generales y en la tecnología blockchain que utilizan las criptomonedas en general, utilizando como referencia a la primera de ellas, bitcoin. Esta tecnología permite que diversas entidades posean una copia del historial de transacciones de cada moneda, con el objetivo de que el mismo sea distribuido y no se encuentre controlado por una única parte.

Sin importar el país que las implemente, las CBDC’s poseen ciertas características comunes entre sí, aunque es incierto establecer si a futuro continuarán compartiendo estos rasgos en el caso de su implementación. Una CBDC se presenta como un híbrido entre criptomonedas y monedas emitidas por el gobierno, por lo que combina atributos de ambas monedas, entre los cuales se incluyen la tecnología de libro mayor distribuido o DLT. Este brinda la posibilidad de realizar un seguimiento del dinero mediante registros financieros almacenados en libros de contabilidad consistentes en varias copias de este historial de transacciones, almacenadas por entidades financieras diferenciadas y gestionadas de forma global por el Banco Central de cada país. Esta tecnología es conocida como blockchain con permisos, debido a que solo entidades determinadas pueden acceder o modificar el blockchain, encontrándose bajo control previo qué entidades podrán leer y/o modificar el código. La DLT, o Distributed Ledger Technology, de acuerdo a sus siglas en inglés, constituye la principal diferencia entre las CBDC’s y el blockchain sin permisos como las criptomonedas, que permite que todos los actores ejecuten el software y realicen transacciones en la red, ya que al encontrarse descentralizados no existe un ente central que pueda rechazar a los usuarios o regular su accionar.

Esta diferencia encuentra su fundamento en que los gobiernos desean tener un cierto control sobre estas tecnologías, lo cual les permite regular la oferta a través del Banco Central de cada país, como ocurre con las monedas de curso legal corrientes. Esto permite que los gobiernos puedan decidir si emitirán más moneda y cuándo hacerlo, alineando esta acción con las políticas monetarias del país, ya que la emisión de dinero impacta en las tasas de interés y afecta a la economía de manera directa. Por consiguiente, el control centralizado equipararía a las CBDCs como moneda al dinero de curso legal.

Un beneficio derivado de la CBDC como moneda es que podrían impactar de forma positiva en los costos de transferencia de dinero, disminuyendo los mismos y así fomentando estas transacciones. El principal beneficio para las entidades financieras es que con esta característica se encontrarán más conectadas y podrán alcanzar un movimiento de dinero más fluido en comparación con el sistema financiero desarticulado vigente en la actualidad.

Asimismo, el DLT ofrece un registro completo de todas las transacciones, lo cual si bien puede ser utilizado como un mecanismo de vigilancia política por parte de las autoridades, permitirá preservar la privacidad de los ciudadanos de acuerdo a las políticas de cada país. De esta manera, el seguimiento de pagos que permite este sistema servirá para corroborar la legalidad y veracidad de las transacciones realizadas sin necesariamente comprometer la privacidad de los usuarios, sean estos usuarios particulares, compañías o entidades financieras.

Daniel Paloma Freire sobre el futuro de la CBDC como moneda en el panorama financiero actual

El gran interrogante respecto a las CBDC’s es si las mismas llegarán a instalarse como un reemplazo del sistema monetario actual, suplantando a las monedas de cada país por un criptoactivo digital nacional o regional. Al respecto y de acuerdo a los avances que se han realizado hasta el momento, la mayoría de los países consideran a las CBDC como un mecanismo suplementario de dinero y no necesariamente como una divisa principal que reemplazaría a la infraestructura económica actual.

Al respecto, se desconoce el número real de países que han llevado a cabo investigaciones y pruebas sobre la posible aplicación de un CBDC en sus economías. Se estima, de acuerdo a una encuesta llevada a cabo a principios de 2020 por el Banco de Pagos Internacionales, entidad encargada de coordinar el accionar de los diferentes bancos centrales de cada país, que un 80 % de los sesenta y seis bancos centrales encuestados se encontraban en diferentes instancias del desarrollo de una CBDC, mientras que un 10 % de este total afirmó encontrarse inminentemente cerca de presentar una moneda digital oficial al mercado.

Mientras tanto, en octubre de 2022 y en el marco de la reunión anual del FMI y el Banco Mundial, el Director Gerente Adjunto, Bo Li, estableció que la programabilidad de una CBDC podría mejorar la inclusión financiera. Esto implica que este tipo de monedas puede permitir que las agencias gubernamentales y los actores del sector privado programen y desarrollen contratos inteligentes para permitir funciones de políticas específicas. Esto brindaría un beneficio para las finanzas internacionales, especialmente para aquellos Estados que sean miembros de organismos internacionales, como la Unión Europea y el Mercosur. Esto se debe a que estos organismos podrían desarrollar su propia CBDC, regulada por una entidad bancaria en común, favoreciendo a los flujos económicos entre los miembros de los organismos y así impulsando al sector económico.

De esta manera, la programabilidad es una de las perspectivas a futuro más favorecedoras desde el punto de vista del sector financiero, ya que la CBDC como moneda podría utilizarse para transacciones gubernamentales, como pagos de asistencia social, cupones de consumo y subsidios, puesto que mediante la programabilidad es posible orientar este flujo de fondos a fines específicos.

Daniel Paloma Freire analiza las diferencias, así como los puntos a favor y en contra de los sistemas de CBDC y UPI

El CBDC y el UPI representan dos maneras diferentes de realizar pagos de forma digital, que han ganado cierta popularidad en los últimos años como consecuencia del auge de los criptoactivos. Se diferencian entre sí debido a que las CBDC son monedas digitales reguladas por la entidad bancaria central de un Estado, mientras que UPI representa las siglas Unified Payments Interface, utilizada para representar pagos en tiempo real que permite a los individuos transferir dinero de una cuenta bancaria a otra mediante la utilización de dispositivos móviles. Su similitud principal es que ambas se utilizan para realizar pagos de manera digital y que existe la posibilidad de que en el futuro las CBDC, en el caso de entrar en vigencia y uso de manera unificada, reemplacen a las UPI.

Además de ser diferentes en cuanto a su naturaleza, las CBDC y las UPI se diferencian debido a que las CBDC permiten su uso para individuos, empresas y entidades financieras, mientras que las UPI se encuentran disponibles para su uso únicamente por parte de particulares y empresas. Asimismo, el control que se ejerce sobre ambas monedas es diferente, siendo ejercido por el Banco Central en el caso de las CBDC, lo cual les otorga seguridad, fiabilidad y estabilidad; mientras que en el caso de las UPI el control es ejercido por un consorcio de bancos y entidades financieras.

Su principal diferencia en la actualidad es que mientras las UPI ya se encuentran en uso y poseen una difusión amplia en países como la India, que la han implementado a la hora de realizar pagos digitales de manera generalizada, las CBDC aún se encuentran en fase de desarrollo y experimentación. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que a futuro ambos sistemas poseen un potencial diferente, ya que la adopción de UPI alrededor del mundo posee el potencial de convertir a los pagos digitales en transacciones accesibles y convenientes, siendo el impacto de las CBDC mayor sobre las políticas monetarias, puesto que poseen el potencial para cambiar la forma en la cual los bancos centrales conducen las políticas monetarias y gestionan el suministro dinerario del país.

Respecto a sus similitudes, tanto las CBDCs como UPI funcionan gracias al sistema encriptado de tecnología blockchain para garantizar la seguridad, integridad y trazabilidad de las transacciones.

Daniel Paloma Freire sobre el desarrollo de las CBDC como moneda en transacciones internacionales

El Banco de Pagos Internacionales se encuentra evaluando a fondo la posibilidad de implementar las CBDC como medio de pago para transacciones internacionales. A tales fines, llevó a cabo el proyecto Icebreaker, mediante el cual se enviaron remesas con monedas digitales de banco central minoristas conocidas como rCBDC con el objetivo de estudiar los posibles beneficios y desafíos del uso de las mismas en pagos internacionales o transfronterizas. Para ello, contaron con la colaboración de los bancos centrales de Israel, Noruega y Suecia.

El proyecto Icebreaker evaluó la viabilidad técnica de realizar transacciones transfronterizas y de pares de divisas cruzadas entre diferentes sistemas experimentales de CBDC minorista, para lo cual el primer paso fue interconectar sistemas domésticos de pago. Este proyecto presenta una propuesta única que permite a los bancos centrales tener una autonomía casi completa en el diseño de una CBDC minorista, al mismo tiempo que proporciona un modelo para que la misma sea utilizada de forma generalizada en pagos internacionales.

En este sentido, una CBDC como moneda minorista es el activo digital emitido por el banco central de un país determinado que puede ser utilizada por los ciudadanos para adquirir bienes y servicios. Esto permitiría que los ciudadanos realicen pagos al extranjero sin depender del valor del dólar, ya que la CBDC como divisa cruzada se encuentra atada al valor de las principales monedas internacionales sin incluir al dólar. El objetivo de este proyecto fue resolver algunos de los problemas de los pagos transfronterizos tradicionales, incluyendo las altas tarifas de envío, estableciendo que mediante las mismas el pagador no tiene opción con respecto al tipo de cambio, ya que no posee control alguno sobre la empresa que intercambia y convierte las divisas.

Para hacer frente a esta problemática, el proyecto Icebreaker procuró que los proveedores de divisas establecieran las cotizaciones de envío dentro del sistema, el cual estaría programado para ofrecer la tarifa más económica al usuario final. Mediante esta medida, es posible mitigar el riesgo de liquidez insuficiente en el par de divisas deseado, lo cual puede aumentar las tarifas e incluso retrasar las transacciones.

Este proyecto concluyó que los pagos transfronterizos digitales no solo son posibles, sino que permiten aportar liquidez al sistema, al mismo tiempo que incrementan la competencia y elección de los consumidores y, al mismo tiempo, ayudan a reducir costos y lograr un mayor alcance más allá de las fronteras. De esta manera, los pagos entre monedas internacionales ya no estarían asociados con altos costos, baja velocidad y riesgo, sino que, por el contrario, el CBDC como moneda en transacciones internacionales podría aportar costos competitivos, celeridad y seguridad, lo cual beneficiaría en gran manera a los usuarios finales.

De todas formas, aunque el proyecto Icebreaker del Banco de Pagos Internacionales permitió evaluar las implicancias reales de los pagos utilizando CBDC, no debe olvidarse que existe desde el año 2009 un sistema de pagos que utiliza dinero electrónico para habilitar transacciones internacionales rápidas, instantáneas y a bajo costo. Este sistema es bitcoin, que representa el criptoactivo más conocido, que permite a los usuarios el envío de dinero de manera irrestricta y sin la vigilancia o autorización de bancos centrales, lo cual implica el principal contrapunto entre ambas divisas. Por ello, el ensayo realizado mediante el proyecto Icebreaker busca aportar los beneficios de las transacciones realizadas con criptoactivos como bitcoin sin perder la seguridad y estabilidad que se busca mediante el desarrollo de las CBDC como moneda.

Debido a que se encuentran en desarrollo en diversos Estados alrededor del mundo, es importante no perder de vista a las CBDC como moneda, ya que pueden representar el siguiente paso evolutivo para las finanzas internacionales. De esta manera, podrían impactar tanto en las transacciones realizadas por particulares como en los pagos de empresas a proveedores situados fuera del país e incluso en las transacciones llevadas a cabo por bancos centrales como pago a otras entidades centralizadas o a minoristas localizados fuera del país. A causa del gran potencial de las CBDC’s para influir en el sector financiero y en la economía desde diferentes perspectivas, es importante contar con la guía de un asesor experimentado que conozca el sector en profundidad, como Daniel Paloma Freire, con el fin de poder evaluar los cursos de acción más beneficiosos para cada particular o empresa mediante una mirada amplia del mercado internacional, pudiendo evaluar las tendencias futuras de un sector que se encuentra evolucionando a la velocidad de la tecnología.

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