Pan y circo

Los romanos lo tenían muy claro: si querían estabilidad política y social, una manera muy efectiva era satisfacer las necesidades físicas de alimento entregando pan y, por otra parte, rebajando la tensión emocional a través de espectáculos de circo. Esto tenía un efecto de apaciguamiento, de dispersión y evasión de otros problemas importantes y así evitar un pensamiento crítico.

Ahora existen innumerables formas de dispersión: el fútbol, la tele, las redes sociales, los videojuegos y, en general, cualquier cosa que genere mucha actividad física o intelectual y que tienen una característica en común, que se vuelven adictivas, se necesitan constantemente realizarlas. Hay algunas consideradas socialmente negativas, pero en general se suelen permitir siempre que haya un cierto grado de estabilidad, mueva la economía o no se superen ciertos límites incómodos.

Gestión emocional

Muchas de estas formas de dispersión ayudan también a regular el mundo emocional. Hay sus pequeños beneficios, pero no una resolución definitiva, ya que muchos se hacen dependientes de que un señor meta gol para tener una liberación emocional y no hacerlo cuando más lo necesitan. Al haber una disociación con la causa real que les produjo dicha emoción se pierde la compresión del escenario y una resolución definitiva.

Esto es más complejo, en general habría que analizar las distintas etapas del ciclo de una emoción e identificar en cuál se ofrece una resistencia a su flujo natural.

Las etapas serían las siguientes: conectar con la situación, dejarla sentir, reconocerla como propia, aceptarla y vivirla plenamente, expresarla físicamente hacia el exterior, aprender de la situación y por último asimilarla e integrarla dentro de cada uno transformando la forma de pensar, sentir y actuar.

Cada etapa tendría una resistencia asociada: desconectarse de la situación, negar la emoción, proyectarla en los demás, reprimir la expresión, huir del aprendizaje, no olvidarlo y aplicarlo a la vida diaria.

Si se aplican estas resistencias, las personas caerán repetitivamente en la misma piedra y volverán al inicio.

Totalidad

Un ingrediente fundamental para terminar de completar dichos ciclos es el de terminar de exprimirlos al máximo, ser totales y completos. No solo es un tema intelectual o mental, sino que se manifiesta a un nivel muy físico en el cuerpo, en el que todas las partes de él deben estar conectadas y colaboren en cada etapa. Si no hay esa unidad interna quiere decir que parte de la energía estará retenida creando una resistencia activa.

¿Qué hacer?

Crear una unidad interior

Primero habría que crear una conectividad corporal y energética. José Antonio Espeso recomienda el masaje shiatsu. “En él relajaremos las zonas que están permanentemente endurecidas y que limitan el movimiento. Por otra parte, tonificaremos y despertaremos las partes que estén más atrofiadas o faltas de función. Es como una auditoría que haremos por todo el cuerpo en el que vamos a mostrar a nuestro sistema nervioso cuál es su estado, este recorrido hace que la persona escuche cómo está y desactive las tensiones innecesarias para el momento actual. Esto provoca una gran relajación que nos indica que estamos eliminando muchas resistencias físicas, emocionales o mentales”, explica el experto.

Aprender a relacionarse con las situaciones

José Antonio añade: “ya tenemos el cuerpo de bebé, pero un bebé no sabe todavía conducir un automóvil, no tiene las habilidades y la madurez para moverse en el mundo. Tenemos que aprender a actuar en distintos escenarios que tarde o temprano necesitaremos usar en alguna etapa de la vida.

Mi recomendación son las meditaciones activas de Osho, son un laboratorio para activar todos nuestros recursos energéticos y luego poder enfrentar el mundo emocional de manera individual sin depender de estímulos externos que nos condicionen. Conectando con todas las etapas del ciclo de una experiencia, respetando sus ritmos, dándole la intensidad adecuada y permitiendo un cierre completo.”

Conclusión

Por última, José Antonio indica que “la estabilidad a ultranza genera un desgaste energético que al final nos enfermará. Saber regular este desgaste natural es parte de nuestro aprendizaje como humanos en esta dimensión. Aquí te he mostrado algunas pistas y criterios para hacer tu viaje, que lo disfrutes…”

También podría gustarte